jueves, 21 de mayo de 2009

CATA OPORTOS Y TABACOS (27/08/08)

La Cumanesa






















GRACIAS A MIS AMIGOS DE TAMAYO & CIA PUDIMOS UNIR A 2 GRANDES TITANES;
.- LA CUMANESA CON SUS DISTINGUIDAS VITOLAS VITOLAS.
.- TAMAYO & CIA CON SUS MEJORES OPORTOS Y RESERVAS
ACTIVIDAD QUE SE REALIZO EN
INSTALACIONS DEL CENTRO COMERCIAL LOMAS DE LA LAGUNITA



OPORTO OFFLEY

Creado en 1737, ganó más notoriedad a partir del siglo XIX, protegido por J. Forrester, una figura legendaria en la historia del vino de oporto, llamado luego Baron de Forrester por el Rey de Portugal.

La firma Offley Forrester fue creada por la fusión de William Offley y Forrester en el año 1737, una de las mas prestigiosas de Portugal¿, ofrece una amplia gama de productos, todos ellos con una característica común: un vino Oporto sabiamente tratado y que conserva su propio estilo a lo largo de los siglos.

Cuando llega septiembre manos hábiles empiezan a recoger los racimos que brotan de las cepas, una vez extraídos el mosto es introducido en tinas de fermentación y cuando éste todavía conserva una parte de sus azucares naturales , la fermentación es interrumpida para añadir aguardiente vínico, la sofisticación dará un vino mas o menos seco o dulce.

El vino oporto debe madurar largo tiempo en la sombra y silencio de las bodegas; cuando lleva ya suficientes años de crianza y, a juicio de los expertos catadores es sometida a diversos procesos. El vino Oporto sabiamente tratado y que conserva su propio estilo a lo largo de los siglos, mantiene una constante y extremada calidad en todos sus productos para el deleite de los amantes y gourmets del vino Oporto.

Por eso solo hay un vino que puede llamarse Oporto y solo hay un Oporto que puede llamarse Offley.

Offley Rubí, es envejecido en las bodegas de vino de la compañía desde hace cientos de años en enormes cubas de madera de roble. Esta exposición le proporciona un color rubí, un muy fresco aroma a frutas rojas y un buen balanceo al final.
Presenta un aroma afrutado y un marcado color ruby.

Es un excelente vino aperitivo y un espléndido acompañante para sobre mesas quesos y postres, particularmente los que contienen crema.

Offley Blanco, exhibe un color dorado con un aroma afrutado.
Es un aperitivo por excelencia. .

Baron de Forrester 10 años
• Color rojo brillante
• Tiene un complejo aroma que se asemeja a la vainilla y pasas
• Tiene un largo final

Baron de Forrester 20 años
• Color rojo brillante con tonos claros
• Tiene un complejo aroma que se asemeja a la vainilla y frutas secas
• Tiene un largo y profundo final

Ambos Barones son ideales para acompañar frutas frescas, chocolates y café
Son excelentes aperitivos y para este propósito deben servirse bien fríos, también pueden ser consumidos como pousse café.


TABACOS LA CUMANESA


“El tabaco fue avistado por primera vez en tierras americanas por un marino de nombre Rodrigo de Jerez, entre el dos y el cinco de noviembre de 1492, o sea a los pocos días de la llegada de los europeos a América, y es desde ese momento que la llamada cultura occidental tiene contacto con esta planta y no antes.”

Según el Antropólogo cumanés Humberto Salazar, alrededor del año 1515, los frailes dominicos, sentados en la provincia de Cumaná, se encargaron de encontrar las fuentes de la planta de tabaco, la cual era conocida por los indios como fuente de medicina y de placer, cuando era quemada e inhalada.

Para el año 1570, al establecerse las primeras encomiendas de indígenas en esta provincia, se inicia la explotación del cultivo de tabaco y surgen los primeros fundos tabacaleros, y por el año 1588 se realiza la primera exportación de tabacos con destino a la Isla La Española. Para esta época el tabaco cumanés gozaba de gran fama, aun cuando no era región de mayor producción.

En el año 1577, mediante la Real Cédula de Arañe, se decreto el estanco del tabaco para varias provincias de Venezuela, entre las cuales estaba la de Cumaná, originando una notable disminución del cultivo y venta del producto. El mencionado decreto es anulado en el año 1779, con la cual se establece la libre venta del producto.
Anterior a esta fecha, sólo Cuba tenía el derecho de procesar las hojas del tabaco hasta convertirlos en puro o cigarros, como se le denomina al producto; por lo tanto, las exportaciones venezolanas del tabaco sólo estaban conformadas por tabaco en rama.

Es para el año 1790 que se constituye la primera fábrica manufacturera de tabacos en Venezuela, ubicada en la ciudad de Valencia.

En el año 1813, un señor de origen sevillano llamado Anselmo Pérez y Vargas, establece en la calle de la Ermita cerca de la Iglesia Santa Inés, la primera fabrica de tabacos en la ciudad de Cumaná. Esta estuvo funcionando hasta el año 1870, año en que se produjo una gran crisis en los comercios e industrias de Cumaná, debido a la peste española que azotó la región.

A raíz de la instalación de esta primera fabrica, muchas personas acudieron a ella a practicar el arte y con el tiempo se hicieron expertos y expertas “tabaqueros”.

Adicionalmente, entre los años 1835 y 1870, la actividad de la manufactura del tabaco, comienza a tomar importancia. Esto conllevó a la instalación de numerosas empresas de diferentes tamaños e importancia, especialmente en la barriada de Altagracia, cuyo crecimiento estuvo estrechamente vinculado a esta actividad, a tal punto que tenía diseminado por sus tres barrios principales, pequeñas fábricas domesticas de tabacos para fumar y mascar de confección bastante rústica.

Para esta época la venta del tabaco la realizaban muchachas recorriendo las bodegas y otros puntos de la Cumaná de entonces. Este tabaco era gordo, no sé hacia en molde, ni con picadura y no se prensaba. Se usaba para mascarlo, al recorte con que lo hacían se le ponía esencias aromáticas (bálsamo del Perú o Vainilla). Su precio de venta era: un centavo por tabaco y treinta por un bolívar. El costo de mano de obra por encapar los tabacos, era de una locha por grupos de cien tabacos. A las armazoneras (personas encargadas de confeccionar el armazón hecho con capote y picadura) le pagaban con chaco cocido y pescado salado. Para este entonces existían manifestaciones de una tabaquería rudimentaria con una perspectiva rural de comercialización.

A partir de 1870, es que se produce el mayor y más sólido establecimiento de empresas manufactureras en el seno de la ciudad cumanesa y se aprecia una doble concepción del modo de producción tabacalera.

Por una parte, se tenían métodos productivos de una manera organizada, que podría definirse como la producción del taller, con las respectivas clasificaciones en cuanto a la especialización del trabajo se refieren, distinguiéndose cinco tareas específicas.

En el año 1893, Don Juan Francisco Cabrera funda la Fabrica de Tabacos “La Cumanesa” con un modo de producción en forma de “chinchal” vinculado a su grupo familiar el cual tenia como objeto proveer el sustento de dicho grupo mediante la venta de tabacos elaborados. El mencionado chinchal estaba conformado por cuatro personas, de las cuales dos eran ajenas a la familia.

Esta fabrica se constituyo con un capital de cuatro pesos (Bs. 16,00 aproximadamente) y estaba ubicada en la calle Zea, en la casa donde residía la familia Cabrera.

Para la época existía una gran competencia por el auge de la actividad tabacalera y “La Cumanesa” se mantenía como una pequeña empresa que no sobresalía entre las demás.

Con el paso del tiempo fue creciendo, organizándose, ampliando su número de trabajadores y utilizando la modalidad Compra – Venta de tabacos a otro fogoncitos, de manera de aumentar el número de unidades disponibles para la venta.

Esta incipiente empresa se manejaba desde el punto de vista administrativo, empíricamente y se caracterizaba por ser conservadora en extremo.

Don Ramón Cabrera, hijo de Don Francisco Cabrera, comenzó a trabajar desde muy temprana edad en otras empresas, mejor organizadas que la de su familia, con la finalidad de contribuir a los escasos ingresos familiares. En esas empresas este joven efectuó diversos trabajos y oficios, logrando acumular la experiencia que más tarde utilizaría para mejorar la organización y el modo de producción de la empresa de su padre.

En el año 1922 aproximadamente, Don Ramón Cabrera comienza a trabajar en la Fábrica de Tabacos “La Cumanesa”, interviniendo directamente en tres áreas fundamentales: administración, producción y venta. En lo que respecta a producción, se tuvo que ampliar el área física destinada a soportar el proceso productivo, razón por la cual se adquirió la casa continúa a la sede de la fábrica. Sin embargo, se seguía manejando la producción en taller y la compra de productos elaborados en fogoncitos.

La mano de obra utilizada en la manufacturera, estaba conformada por hombres y mujeres, generalmente analfabetas, los cuales tenían su primer contacto con la actividad a través de juegos infantiles que consistan en hacer tabaquitos con hojas flexibles y generalmente, entre los diez y doce años de edad, comenzaban formalmente en el oficio como aprendices de armazones en los fogoncitos, recibiendo en contraprestación especies en lugar de dinero. Una vez adquirida la práctica y la destreza para encapar; es decir, ponerle la capa al armazón, estas personas comenzaban a recibir una remuneración. Con relación a las ventas, estas se hacían mayormente en las bodegas y en el mercado viejo de Cumaná. La producción que no se vendía localmente, se colocaba en la ciudad de Caracas y Barlovento, para lo cual, Don Ramón Cabrera se trasladaba en barca hasta La Guaira donde compraba los burros de carga necesarios para trasladarse hasta la Plaza Bolívar donde comercializaba los tabacos. Una vez realizada la venta, se dirigía a Barlovento donde compraba y cargaba materias primas que después se utilizarían para la manufactura de los productos. El resto de la materia prima se obtenía principalmente en las zonas de Caripe y Cariaco.

Entre los años 1934 y 1935 impulsados por las exigencias de aumentos salariales, se crea la Federación de Tabaqueros de Cumaná, extinguiéndose al poco tiempo, debido a la represión gubernamental existente en la época, para luego constituirse oficialmente como Sindicato de Tabaqueros de Cumaná en el año de1945.

Otro hecho resaltante que vale la pena mencionar es que al promulgarse la primera Ley de Trabajo en Venezuela, se produjo una gran presión sobre las empresas, por lo que muchas cerraron debido a la elevación que sufrieron los costos de mano de obra y de materia prima, unido al encarecimiento de una serie de huelgas en demandas de mejoras laborales.

Sin embargo, aún cuando esta situación afectó a un gran número de manufactureras, otras como la Fábrica de Tabacos “La Cumanesa” se beneficiaron al absorber gran parte del personal entrenado que había quedado cesante.

En el año 1942, Don Juan Francisco Cabrera, vende la empresa a su hijo. A consecuencia de ello cambia la denominación a “Juan Francisco Cabrera e Hijo Sucesor C.A.”. A partir de éste momento la empresa fue dirigida y administrada por el Sr. Ramón Cabrera Andrade.

Para el año 1947 se contrató al Sr. Oswaldo Noriega para que se ocupara de la contabilidad y caja, quedando bajo responsabilidad de Don Ramón Cabrera el manejo del resto de las áreas funcionales.

A mediados de la década de los 50, surge la exclusividad con algunos distribuidores y comienza la determinación de las zonas de distribución. En esta ésta época se inicia la implementación de controles en el área productiva de manera incipiente. Se controlaba el volumen de inventario de materia prima aisladamente de la producción, sin embargo, controles de inventario propiamente dichos, no existían.
El gasto de materia prima (en volumen) se determinaba por diferencia entre lo comprado y el volumen existente al final del año.

El doce de diciembre de 1958 se transfirió activos y pasivos a la nueva empresa que gira bajo la razón social de “Juan Francisco Cabrera e Hijo Sucesor C.A.”, lo cual establece en su acta constitutiva la existencia de dos administradores, quienes ejercen la dirección, administración y gobierno de la compañía. Estos cargos fueron ocupados por Don Ramón Cabrera y el Sr. Oswaldo Noriega.

A partir de este año, se comenzaron a generar cambios importantes para la tabaquería. Se determinan, definitivamente, las zonas de distribución y la demanda por parte de los distribuidores se hacían cada vez mayor; sin embargo, por no existir estudios de mercados, la administración no se arriesgaba a aumentar la producción, por temor a que ese incremento en la demanda fuera artificial o de momento.

Comienzan a implementarse controles de inventario de productos terminados, sin embargo, no sucedió así con los productos en proceso, la materia prima y los materiales suplementarios.

Un hecho significativo fue la introducción a principios del año 1960, de elaboradores procedentes de las Islas Canarias, quienes ensayaron las primeras vitolas de tipo habano para la tabaquería “El Potente”.

Para el año 1962, a raíz de la ruptura de relaciones de Venezuela con Cuba, fueron contratados veinte trabajadores canarios (quienes ensayaron la elaboración de las primeras vitolas de tipo habano, en otra tabaquería, que desaparece por problemas económicos) por la Fabrica de Tabacos La Cumanesa, la cual adquirió nuevos moldes e inicio de una nueva etapa productiva caracterizada por la inclusión de la manufacturera de tabacos tipos habanos. Es significativo hacer notar que para esa época sucede el bloqueo comercial a Cuba, lo cual impidió la importación de sus productos y permitió que la producción cumanesa de tabacos de alta calidad y bajo precio llegara a sectores de mercados a los cuales nunca habían tenido acceso.

Para el año 1970, se incorpora a la administración de la empresa, en sustitución de su padre, el Lic. Edgar Cabrera, economista graduado en la Universidad de Stanford en Estados Unidos y Administrador en la Universidad de Miami. Su ingreso a la empresa originó un viraje a la gerencia y gradualmente se fueron cambiando las funciones administrativas en sus aspectos básicos. En el año 1977, se desincorpora el Sr. Oswaldo Noriega y queda únicamente el Lic. Edgar Cabrera al frente del control de la empresa, momento desde el cual, aun cuando se mantiene una propensión a evitar riesgos por parte de la Junta Directiva, se han introducidos los siguientes cambios:

  1. Creación de departamentos a los cuales se le asignaron sus funciones.
  2. Control de productividad por persona, por tipo de producto y por tipo de materia prima.
  3. Se implanta un estilo de dirección que toma más en cuenta el factor humano.
  4. Planificación de la producción a corto plazo, utilizando la información recabada de los distribuidores.
  5. Planificación de las ventas sobre la base de pedidos al igual que la producción.
  6. Las compras de materia prima se proyectan al final del año sobre la base de los estimados de venta y las existencias en el inventario final.
  7. En el año 1984, se implantan los primeros sistemas computarizados, con los cuales se controlan los inventarios de: materia prima, productos terminados y materiales suplementarios. Mediante estos sistemas también se controla todo lo relacionado con personal y contabilidad.
  8. Capacitación del personal elaborador dentro de la empresa y fuera de ella, mediante el establecimiento de sistemas de adiestramiento en las casas comunales de los barrios, donde se enseña el oficio de elaboración de tabaco. A tal punto que el primer único curso relacionado con el tabaco diseñado por el INCE – Cumaná, ha sido el de elaboradores de tabaco; el cual fue preparado por la empresa Juán Fco.Cabrera e Hijo Sucesor C.A.(Fabrica de Tabacos “La Cumanesa”)
  9. Producción total de las líneas de producto finos (Ricaurte Especial, Primeros, Cabrera No.2, Cabrera No.3) dentro de la planta.
  10. Producción del producto intermedio dentro: un 30% en Cumaná, fuera de la planta y un 70% fuera de Cumaná, pero bajo indicación de la planta y suministro de la picadura por parte de la empresa.
  11. El total de la producción del producto económico se realiza fuera de Cumaná, bajo formato e indicaciones de la empresa.

Para el año 1993, se actualiza el equipo de elaboración de tabacos, con la compra de nuevos moldes, los cuales, a diferencia de los anteriores que eran elaborados en madera, esta nueva tecnología nos llevo a la adquisición de moldes plásticos, los cuales mejoran sustancialmente la presentación y acabado de los tabacos para así ser más competitivos en los más altos mercados.

Se mejoran los controles de los materiales destinados a la elaboración de los puros, poniendo énfasis en sus componentes los cuales son estrictamente supervisados y escogidos. Son pesados los mazos (grupo de 50 tabacos) para así tener más controles sobre el trabajo de las tabaqueras. Diariamente son examinados uno a uno y escogidos los tabacos por su color y apariencia, los que son de un solo tipo y color van a su caja y de esta forma presentar un producto lo más homogéneo posible, para poder tener posibilidades de entrar a mercados más exigentes.

Se lanza al mercado una nueva vitola “Centenario” nombre derivado de los 100 años de la fundación de la empresa. Manufacturado con los más seleccionados y exquisitos materiales nacionales y extranjeros para así garantizar su éxito en los mercados.

En 1994 ya con el alto esmero en que se venían manufacturando los tabacos se lanzan dos nuevas vitolas las cuales vienen a llenar un vacío existente en tabacos de gran tamaño y grosor. Estos fueron Churchill y Robustos que inmediatamente son acogidos con gran interés.

Debido a los controles y alta calidad de los productos fue cuando empezamos a exportar pequeñas cantidades hacía el mercado americano, que para esos momentos vivía “el Boom del tabaco”, el cual nos abrió las puertas en tan competitivo mercado. Primero con discretas cantidades y al cabo de los años se llega a exportar solo para un cliente hasta 70.000 unidades mensuales para el año 1998.

Hoy en día, no solo el mercado norteamericano esta recibiendo nuestros productos sino que hemos visto que con tradición, dedicación y amor al trabajo se pueden conquistar otros mercados como Alemania, España, Inglaterra y hasta Japón en los cuales ya tenemos presencia.
En el año 2.010 se ha retomado la producción del producto Ricaurte, producto destinado a las masas más populares y que ha obtenido medalla de oro en la Exposición Mundial de Sevilla, España.

En este mismo año se lanza al mercado el producto Junior, tabaco muy suave, parecido a un cigarrillo, destinado al público joven y, por sus dimensiones, al fumador que no tiene mucho tiempo en el día para disfrutar un producto más grande en tamaño. Este producto tiene la particularidad de ser presentado en cajitas que se pueden llevar en cualquier bolsillo, como las cajas de cigarrillos.

La Cumanesa, a pesar de las dificultades económicas que vive el país, sigue innovando y apostando por un país mejor, llegando a todos los estratos sociales y dando a conocer, no solo sus productos, sino al país en gran parte del mundo.

Con orgullo podemos decir que el tabaco artesanal de esta empresa se ha paseado por el mundo.

Con orgullo también podemos decir que tenemos 114 años de historia que la mayoría de las empresas de este país, y del mundo, no lo tienen.

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